DE I ESP
En este artículo de blog quisiera llamar la atención acerca de las ventajas de una respiración consciente. En el ámbito terapéutico y en el deportivo se emplean, desde hace mucho, determinadas técnicas respiratorias. En el ámbito privado, por desgracia, dejamos de lado las muchas ventajas que una respiración consciente conlleva. Seguir leyendo...
[...] Se terminó el verano, se nos acabaron las vacaciones y retomamos el ritmo del trabajo y afrontamos un cambio de estación. Tras la expansión de la Naturaleza llega un nuevo momento de contracción, de introspección, las hojas empiezan a caer y es que todo RESPIRA.
Inhalamos y exhalamos. Es el eterno latido de la Vida.
La vida depende de una constante respiración, respirar es estar vivos.
La vida comienza con una primera inspiración en el recién nacido y termina con una última exhalación en el que va a terminarla.
Respirar es un proceso natural y automático que está regulado por nuestro Centro Respiratorio situado en el Sistema Nervioso Central y al que le afectan influencias físicas como el frío, el calor y el ejercicio pero también se ve influenciado por estímulos anímicos. Sentimientos como el miedo o el estrés cortan, aceleran o hacen que nuestra respiración sea más superficial. También de forma consciente podemos contenerla, acelerarla o hacerla más profunda o pausada.
Técnicas respiratorias y de respiración consciente se ha utilizado desde épocas remotas en meditación, Yoga o Tai Chi Chuan y en la actualidad hacemos ejercicios respiratorios cuando realizamos técnicas de relajación, en la práctica deportiva, en la educación de la voz y en fisioterapia respiratoria para pacientes con enfermedades pulmonares o cardíacas.
Al inspirar tomamos el aire que nos rodea y al espirar devolvemos aire de nuestros pulmones. El proceso de la respiración establece una conexión entre nosotros y nuestro entorno. Respirar es dar y tomar; es un intercambio entre el interior y el exterior, indispensable para la vida. Cuando esta relación de intercambio se ve alterada, surge en nosotros un estado de desequilibrio.
La forma de vida actual con situaciones de estrés mantenido y ritmo acelerado hacen que nuestra forma de respira sea más acelerada y superficial.
Sabemos que la inspiración profunda produce contracción y tensión mientras que la espiración profunda nos afloja y relaja. Incluso algunos podemos recordar a nuestras abuelas cuando suspiraban… Ese suspiro con una espiración profunda, les aliviaba y ayudaba a liberar tensiones. Y ahora, en nuestra sociedad, nadie tiene tiempo ni para suspirar ni para respirar pausadamente.
Así que… INSPIRA y ESPIRA, suave y tranquilamente.
Tómate un par de minutos, mejor por la mañana al levántate y en una habitación ventilada o al aire libre y escucha tu respiración. Inspira suavemente por la nariz y siente el aliento de vida que fluye por la laringe y baja hasta los pulmones. Coloca tus manos sobre el tronco y el abdomen e intenta bajar el movimiento hasta el abdomen, ensancha la pelvis.
INHALA y EXHALA, sencilla, suave y naturalmente. Dentro y fuera, a través de la respiración podemos conectarnos mejor con el mundo y con la Vida y sentirnos que estamos AQUÍ Y AHORA, EN EL PRESENTE.
TE DESEO QUE TENGAS UN FELIZ DÍA!
Dra. Rosario del Castillo Gámez
Licenciada en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de Cádiz.
Especialista en Nefrología. Master Universitario en Medicina Biológica de la Universidad de Sevilla.